Dear Families and Friends of
Immaculate Heart of Mary,
Parenthood is a tough task and maybe especially at Mass, where the expectations for
behavior are the exact opposite of a toddler’s usual mode of being. Conversely,
proclaiming the word of God to a cacophony of crying children and preoccupied
parents can also be a daunting task—you might find yourself asking, “Is anyone even
listening?” Today’s readings are a reminder of the important role that parents play,
modeling in their own families God’s loving care for his children. Joseph in particular
is shown as taking decisive action to look after his family, even in the face of fear. If
your parish is typically well attended by young families, give thanks to God for their
presence! Perhaps you are a parent yourself and know the struggle of caring for
children at Mass. Take the time to pray for all parents of your parish, and these young
families especially, that God’s work of encouragement might console them as they
live their vocation.
Family can be one of life’s biggest blessings but also one of its greatest challenges.
These relationships can support us in times of need, but they are also themselves
often the source of frustration or tension. As is often said, we do not choose our
families. What we can choose is how we respond. Our attempts to love our family
members, even when difficult and no matter how imperfectly, may be a means to
grow in holiness.
Immaculate Heart of Mary, pray for us.
Father Quang
Copyright © 2013 Immaculate Heart of Mary Catholic Church
Queridas Familias y Amigos del
Imaculado Corazon de Maria,
La paternidad es una tarea difícil y quizá especialmente en la misa, donde las
expectativas de comportamiento son exactamente lo opuesto al modo habitual de ser
de un niño pequeño. Por el contrario, proclamar la palabra de Dios entre una cacofonía
de niños llorando y padres preocupados también puede ser una tarea
abrumadora—puede que te preguntes: "¿Alguien está escuchando siquiera?" Las
lecturas de hoy son un recordatorio del importante papel que desempeñan los padres,
al modelar en sus propias familias el amor y cuidado de Dios hacia sus hijos. Jose en
particular es mostrado tomando medidas decisivas para cuidar de su familia, incluso
frente al miedo. Si tu parroquia suele estar bien atendida por familias jóvenes, ¡da
gracias a Dios por su presencia! Quizá tú mismo seas padre o madre y conozcas la
dificultad de cuidar a los niños en Misa. Tómate el tiempo para predicar por todos los
padres de tu parroquia, y especialmente por estas familias jóvenes, para que la obra de
ánimo de Dios pueda consolarles mientras viven su vocación.
La familia puede ser una de las mayores bendiciones de la vida, pero también uno de
sus mayores desafíos. Estas relaciones pueden apoyarnos en momentos de necesidad,
pero también suelen ser fuente de frustración o tensión. Como se suele decir, no
elegimos a nuestras familias. Lo que podemos elegir es cómo responder. Nuestros
intentos de amar a los miembros de nuestra familia, incluso cuando son difíciles y por
imperfectos que sean, pueden ser un medio para crecer en la santidad.
Inmaculado Corazón de María, ruega por nosotros.
Padre Quang